¿Has estado en la Capilla Sixtina? Pincha en la imagen y date una vueltecita sin aglomeraciones...

Nueva página de Selectividad para Historia del Arte.

Se ha renovado la página de Selectividad de Historia del Arte de nuestra web. Actualizada a día de hoy con todas las orientaciones necesarias para la Selectividad de este año 2021.

Roma'2020. Parece mentira.... ¿Repetimos?

Roma'2020. Parece mentira.... ¿Repetimos?

Calificaciones aquí en el blog.

El poner las notas aquí en el blog viene para dar respuesta a dos necesidades: la primera que el alumno tenga su nota cuanto antes (no solo es de agradecer, sino que, además, hace que la nota sea verdaderamente útil); y la segunda para que los padres, sin duda, también sepan, lo antes posible y a tiempo, cómo marchan sus hijos.

Es por esto que se ruega que no se hagan circular por otros lugares y otros modos para evitar que se saquen de contexto.

No obstante, si alguna familia tiene problemas con conocer las notas de su hijo por anticipado aquí en el blog, no tiene más que hacérmelo saber.

martes, 24 de marzo de 2020

Día 11 después del día C. Necesito hablar con Greta...

Día 11 después del día C. Necesito hablar con Greta…
Aquí esto del coronavirus nos ha cortado todo el rollo. Porque nos ha costado pero bien, eh. Ahora que le estábamos cogiendo el tranquillo, viene el coronavirus y nos corta el rollo.
Sí, porque te lo confieso: a nosotros el rollo del reciclaje nos costó, nos costó mucho. Verás, en mi casa vivíamos tan
tranquilitos con nuestro cubo de basura rojo y su bolsa gris de toda la vida. Nos costó más porque además la tecnología revolucionó el mundo de la basura para ponernos todo más fácil: se inventó la bolsa con la tira para cerrarla y dejamos de pringochearnos al hacerle el nudo. Bueno, y luego, no te digo nada, llegó lo más de lo más: la bolsa de basura perfumad. ¡Valiente cursilada! ¡Qué finos nos volvimos de repente! Y te digo una cosa: como ambientador de la despensa tenían un pase, porque ahí, para qué te voy a engañar, daban un olorcito la mar de agradable. Pero en el cubo son la cosa más inútil del mundo: en cuanto echas las cáscaras de los langostinos pasa lo de toda la vida: que, aunque sea invierno, tienes que abrir las ventanas para que alivie el pestazo. Y lo curioso es que, no sé por qué, las seguimos comprando…
La vida nos cambió cuando en nuestra vida irrumpió la nueva religión: la del reciclaje. Había que convertirse por cojones. Si crees que podrías decir que no, es que no conoces a mis hijos. Pero nos costó, vaya si nos costó. La conversión consistió básicamente en que nuestros hijos nos engañaron: en casa íbamos a reciclar… íbaMOS… Sí, íbaMOS… hasta que, por lo visto, ellos tenían un plan B, que consistía sencillamente en que mi mujer y yo la bajábamos. Pero, bueno, nos convertimos, pero bien convertidos del todo, ¿eh? Bueno, yo me he convertido tanto que ahora no puedo soportar cómo ellos (¡mis hijos!) echan las cosas en cualquier sitio y no puedo evitarlo: miro el cubo y me digo “no, no voy a hacerlo… esta vez no”. Pero, al final, me vuelvo, me arremango y me pringo para meter cada cosa en su sitio.
Pero las promesas de salvación de la nueva religión tenían más pegas, porque, hijo, el cubo de basura se ha multiplicado más que una pareja de ratones blancos. El lavadero parece el puesto del top manta de la basura lleno de cubos y bolsas por todas partes: el cubo de la basura (“orgánico” para los millennials) y el de los envases, la bolsa del vidrio, la gárrafa del aceite (que cambiar la freidora antes ya era jodido, pero es peor porque nadie se acuerda de llevarlo al contenedor naranja) y hasta la bolsa de la ropa, porque todos los años tenemos la extraño acierto de deshacernos de ropa cuando ya se han llevado las cajas de cartón del descansillo de la escalera.
Nos costó, y mucho, ¿eh? Pero, por fin, lo conseguimos, eso sí, con algunas dudas, unas de concepto, como a qué categoría pertenece “papel de plata”, o como la eterna discusión de dónde puñetas va la bombilla si tiene vidrio y rosca metálica.
Y, entonces, cuando ya estábamos en ello y todos convertidos al reciclaje, llegó ella, llegó cual Mesías de la religión del reciclaje dispuesta a darnos su bendición: llegó Greta. ¿Cómo decirte quién es Greta? Greta es el nuevo Jesucristo: es el Camino, la Verdad y la Vida. Todos queremos ser Greta y estamos hasta dispuestos a hacer el sacrificio de atravesar el Atlántico en catamarán.
Pero, quillo, el coronavirus nos ha cortado el rollo, pero, vamos que nos lo ha cortado del todo. Y a Greta es como si se la hubiera tragado la tierra. Ha desaparecido en el peor de los momentos. A ver, que digo yo, ¿dónde puñetas está Greta cuando más falta nos hace? Y es que ha llegado el coronavirus y nuestra religión está en shock, porque nos asaltan dudas y no tenemos quién nos muestre el camino.
A ver. En mi casa tenemos un par de dudas urgentes, pero urgentes de verdad. Mira que aquí se va a liar.
Verás es que ahora estamos fatal de sitio y, por más que usamos el baño y bebemos café y cola cao a todas horas, no hay manera de hacer bajar las pilas de papel higiénico y de cajas de leche. Estamos invadidos de lentejas, garbanzos y garrafas de aceite. Mi mujer se está poniendo ya muy nerviosa, porque, verás, no veas tú cómo ha subido en casa el aprecio por el metro cuadrado. Esto nos va a costar un disgusto. Primera duda: ¿No se nos podría dar una pequeña dispensa y tener menos cubos?
Y luego, además, es que estamos muy confundidos. No sabemos si esto del coronavirus es una estrategia para desconvertirnos, para que apostatemos de nuestra nueva religión. Verás, es que se nos dice mil veces al día que hay que quedarse en casa, que hay que quedarse en casa. Y, claro, si ya no podemos estar todo el día que si bajando la bolsa amarilla, que si la del orgánico, que si el vidrio (es que tienes que entender que con el confinamiento ha subido el consumo de cerveza), no sé cómo decirlo… es que me da hasta vergüenza plantearlo… Lo digo como medida transitoria… Solo mientras esto dure, ¿eh?, que nosotros estamos convertidos del todo, de verdad…. ¿Se puede tener en estos días toda la basura mezclada para poder bajarla solo una vez y no estar que si ahora lo orgánico y luego esto o lo otro? ¿O será esto motivo de excomunión? A ver, teniendo en cuenta las circunstancias, lo mismo podría ser solo un pecadillo menor, digo yo, ¿no? Pero, ahora que estamos tan convertidos, si ella no nos da permiso, no somos capaces de hacerlo, de verdad que no, que no somos capaces.
Así que, por favor, que si alguno sabe dónde está Greta, que le diga que necesito hablar con ella, que así no podemos aguantar mucho tiempo.

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