¿Has estado en la Capilla Sixtina? Pincha en la imagen y date una vueltecita sin aglomeraciones...

Nueva página de Selectividad para Historia del Arte.

Se ha renovado la página de Selectividad de Historia del Arte de nuestra web. Actualizada a día de hoy con todas las orientaciones necesarias para la Selectividad de este año 2021.

Roma'2020. Parece mentira.... ¿Repetimos?

Roma'2020. Parece mentira.... ¿Repetimos?

Calificaciones aquí en el blog.

El poner las notas aquí en el blog viene para dar respuesta a dos necesidades: la primera que el alumno tenga su nota cuanto antes (no solo es de agradecer, sino que, además, hace que la nota sea verdaderamente útil); y la segunda para que los padres, sin duda, también sepan, lo antes posible y a tiempo, cómo marchan sus hijos.

Es por esto que se ruega que no se hagan circular por otros lugares y otros modos para evitar que se saquen de contexto.

No obstante, si alguna familia tiene problemas con conocer las notas de su hijo por anticipado aquí en el blog, no tiene más que hacérmelo saber.

sábado, 28 de marzo de 2020

Día 14 después del día C. Viernes 27. Test del mutante.

Día 14 después del día C. Viernes 27. Test del mutante.

Mira que desde el principio he tenido yo la mosca detrás de la oreja. Todo esto era muy raro: siempre tuve la sensación de que no se nos decía la verdad. Y, vaya por Dios, mira por dónde que hoy voy y me entero de que es así, que nos han engañado. El caso es que ha llegado una filtración y esto es muy grave. Quillo, que esto no es una tontería pasajera, qué va. ¡Que por lo visto estamos mutando! ¡Nos estamos convirtiendo en "homo confinatum".

La cosa es muy gorda y así que vamos a dejarnos de tomarnos todo a broma, porque la mutación comienza casi sin darte cuenta. A poco que se observen los primeros síntomas hay que actuar con contundencia. Vamos a dejar aquí un test gratuito, ¿vale? En caso de dar positivo, puede averiguarse cómo está de avanzada la mutación, o sea, si se está en una fase leve, aguda o irreversible. Ya estamos perdiendo el tiempo. Que nadie venga después con que no se le avisó y haya que dedicarle la frase tocapelotas de “mira que te lo dije”.

1. Enajenación. Se dicen tonterías, del tipo “menos mal que hemos acabado ya con todo el chocolate” o “que a nadie se le ocurra salir a comprar ná en una temporadita, ¿eh?”. Vamos, es como para dejar de hacer punto, mirarle por encima de las gafas y decirle: “Uyyyy…. Pero qué falso eres… ¡Enseguida vas a aguantar tú sin chocolate!”.

2. Mono de chocolate. Síntomas leves: se empieza por comer los bombones de licor que llevaban meses rodando y que no quería ni Dios, y encima se dice: “pues yo no sé qué les veíamos a estos; no están tan malos”. Síntomas graves: aparecen papeles brillantes medio escondidos en el cubo de la basura. Ojo: alguien está guardando por ahí alguna dosis de algo rico y el tío está como un zorro más callado que en misa.

3. Trastorno obsesivo-compulsivo. Fase leve: Búsqueda desesperada del bote de los caramelos de la Cabalgata de Reyes, esos que todavía nadie sabe para qué puñetas los guarda cuando ya se sabe que se van a terminar tirando… tú sabes, esos que parece que les han puesto el papel con cola. Fase aguda: te pones todo nervioso y a toda prisa te pones todo pringoso pelándolos y despegándolos del fondo del bote. Y lo mejor es que, en vez de asco, te da por pensar: “Ya verás la alegría que les voy a dar cuando aparezca por el salón y les enseñe lo que he encontrado”.

4. Estrés social. Síntomas leves: te asustas de la cantidad de gente que tienes en la agenda. Mira que le dedicas tiempo, pues nada, que no hay manera de poner al día el güasa. Y es que te ha mandado un güasa hasta la novia que tuviste en preescolar. Bueno, y eso sin contar cómo te petan los grupos esos en los que se te olvidó salirte en su día y las jodidas videoconferencias, que ya no tienen gracia y son una pesadilla. Mucho cuidado y poca broma con esto, porque cuando quieres darte cuenta el estrés social ya no tiene arreglo y los síntomas se vuelven irreversibles. Es cuando empieza a vibrar un móvil y alguien se muerde el labio y dice “¡Ojú, no puedo más! ¡Pero qué harto estoy de hablar con gente”.

5. Dejadez. Síntomas leves: se empieza por decir eso de “¡Pero qué a gusto estoy con el pijama!” y en seguida te das cuenta de que hace mil que no hay peleas por el uso de las pinturillas, el rímel y el pintalabios. Síntomas graves: claro abandono del aspecto, con síntomas que pueden llegar, en casos graves, a no quitarse el pantalón del pijama, porque es suficiente con quitarse la parte de arriba, “porque total pá qué, si no se va a ver en las videoconferencias”. Ojito que esto puede hacer que la cosa se vuelva crónica, ¿eh? A ver si cuando termine todo esto, vamos a terminar por ir al trabajo como mi amigo del colegio, ése que iba con el pijama debajo.

6. Inapetencia. Los primeros síntomas son casi inapreciables: en algún momento, te asomas por la ventana y dejas de envidiar a la gente que se ve por la calle, y te da por pensar: “no sé cómo tienen valor de salir”. Los daños pueden ser irreversibles cuando se llega a no recordar cómo era lo de pisar la calle, cómo era la vida ahí fuera y lo peor de todo: deja de echarse de menos el salir porque, al fin y al cabo, tampoco esto es para tanto y tampoco se está tan mal en casa”. Quién te ha visto y quién te ve: la mutación está en una fase muy preocupante. Se requiere llamada al 112 y rápida intervención.

7. Pérdida de la noción del tiempo. Se empieza a no saber si es lunes, martes o miércoles. Tienen que estar especialmente atentos los que pertenecen a la población de riesgo: esos con patologías previas, o sea, los que antes del día C ya necesitaban mirar el móvil para saber en qué día se vivían. Mucho ojo porque el pico de este síntoma se está aproximando: los peores efectos se esperan con el cambio de hora.

8. Pérdida de memoria. Al mutante, la vida anterior le empieza a parecer mentira y le cuesta recordar cómo vivía antes: cómo se podía entrar y salir sin más, a pelo y sin protección alguna; le cuesta entender cómo tardaba tanto en gastarse el jabón del lavabo,… Los síntomas pasan a ser graves cuando no es capaz de entender cómo le daba tiempo antes de hacer tantas cosas. Y desde luego, requiere ingreso y aislamiento en UCI si llega a agobiarse con la sola idea de que esto termine. Se sabe de la existencia (aún no comprobada), de casos terminales que, incluso, están pensando en pedir una prórroga de la cuarentena. Si tiene noticias de ellos, es muy importante que lo ponga en conocimiento de las fuerzas de seguridad del Estado. Si infectan al resto de la población, se puede poner en riesgo la Seguridad Nacional.

9. Pérdida de realidad o de la botella medio vacía. Este síntoma se presenta cuando, aunque el congelador esté petado y haya que tener cuidado al abrir la despensa porque está hasta las trancas, la persona se agobia con que se haya quedado un huequito libre en uno de los estantes del frigorífico.

10. Fatalidad. Pero lo peor de todo, el síntoma de que la mutación es casi irreversible, es la insistencia en ver el confinamiento como una situación muy buena, porque hacía falta que algo así pasara, porque hay que ver lo que estamos aprendiendo. Pues, ¿sabes lo que te digo? Que mucho cuidadito, a ver si estamos aprendiendo menos de lo que decimos y nos van a dejar para septiembre.
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