Pero la puesta en práctica de ese programa de reformas supuso la generación de no pocos opositores: parte del ejército, los grandes propietarios, la Iglesia, los empresarios, los partidos de derechas ,…
Además la coyuntura económica era contraria: vivíamos en los años de la crisis nacida del 29 y, por lo tanto, era difícil sacar adelante un proyecto tan ambicioso con tantos opositores.
En 1932 se sufre un intento de golpe de Estado a manos del general Sanjurjo que termina fracasando. Pero el ambiente en España se va radicalizando y las críticas al gobierno también les llegan desde los sectores más radicales: desde los anarquistas. En 1933 las revueltas se multiplicarán y los excesos en su represión llevarán a la dimisión del gobierno y a la convocatoria de nuevas elecciones.
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