Una de las grandes preocupaciones
a la hora de preparar los temas para la Selectividad es responder a la eterna
pregunta de cuánto tiene que ocupar un tema.
La respuesta, sin ser fácil,
puede darse siguiendo un sencillo razonamiento lógico.
En primer lugar, veamos de cuánto
tiempo disponemos. El examen dura un total de hora y media y se compone de dos
temas a desarrollar y de dos imágenes cada una de las cuáles cuenta con cuatro
preguntas muy concretas a las que se contesta, en su mayoría, en apenas unos
segundos. Si para las preguntas de las dos imágenes reservamos un máximo de 10
minutos (en ningún caso más), nos restarían 80 minutos para los dos temas. Es
decir, PRIMERA CONCLUSIÓN: SE DISPONE DE 40 MINUTOS PARA LA REALIZACIÓN DE CADA
TEMA.
En segundo lugar, hay que indicar
que en Selectividad se denomina un tema
a un epígrafe de los temas del temario. Puntualmente, podría tratarse de un
subepígrafe. Por ejemplo, un tema sería “La pintura italiana del Trecento:
Florencia y Siena”, pero también en este caso se admitiría un subtema, como “La
pintura italiana del Trecento: Giotto”.
Por tanto, si cada uno averigua cuánto
puede escribir en un cuarenta minutos (cuántas carillas) se llega a la SEGUNDA
CONCLUSIÓN: LA EXTENSIÓN MÁXIMA DE CADA EPÍGRAFE EN MIS APUNTES.
Los apuntes de un tema tendrían
una extensión de: los folios que puedo escribir en 40 minutos multiplicados por
el número de epígrafes que tiene el tema. Por ejemplo, si puedo escribir cuatro
carillas, el tema del arte gótico, que tiene cinco epígrafes, nunca debería
superar las veinte carillas.
Por último, la gran duda llega
cuando uno se pregunta si los apuntes de un epígrafe, y sobre todo de un
subepígrafe, se han podido quedar cortos. Por ejemplo, sé que puedo escribir
cuatro carillas de un epígrafe completo, como el de la pintura italiana del
Trecento, pero si solo me preguntan por la mitad, o sea, por Florencia y
Giotto, me faltaría para rellenar las cuatro páginas. ¿Cómo resolver este
asunto?
En mi opinión, no se trataría de
aumentar el tamaño de los apuntes para resolver ese problema puntual. Esto no
haría sino agravar el problema: cuando la mayoría de las veces nos van a
preguntar un epígrafe completo, nos encontraríamos con el problema de tener que
resumirlos en pleno examen. ¡Un horror! Sin entrar en que entonces la materia a
memorizar se multiplicaría por dos.
Por eso, la solución debería ir
por otro lado. ¿Cómo hacer crecer el tema a desarrollar si nos encontráramos
con ese problema? Tirando de lo que YA SABEMOS, es decir, de las IMÁGENES. Ése
sería el momento para hacer una descripción y análisis más detallado de ese
banco de imágenes que tenemos y conocemos. Incluir en el desarrollo del tema lo
que sabemos de las imágenes no solo es pertinente, sino la mar de adecuado y
más que correcto.
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