¿Has estado en la Capilla Sixtina? Pincha en la imagen y date una vueltecita sin aglomeraciones...

Nueva página de Selectividad para Historia del Arte.

Se ha renovado la página de Selectividad de Historia del Arte de nuestra web. Actualizada a día de hoy con todas las orientaciones necesarias para la Selectividad de este año 2021.

Roma'2020. Parece mentira.... ¿Repetimos?

Roma'2020. Parece mentira.... ¿Repetimos?

Calificaciones aquí en el blog.

El poner las notas aquí en el blog viene para dar respuesta a dos necesidades: la primera que el alumno tenga su nota cuanto antes (no solo es de agradecer, sino que, además, hace que la nota sea verdaderamente útil); y la segunda para que los padres, sin duda, también sepan, lo antes posible y a tiempo, cómo marchan sus hijos.

Es por esto que se ruega que no se hagan circular por otros lugares y otros modos para evitar que se saquen de contexto.

No obstante, si alguna familia tiene problemas con conocer las notas de su hijo por anticipado aquí en el blog, no tiene más que hacérmelo saber.

viernes, 20 de marzo de 2020

Día 7 después del día C. El confinamiento es un pelotazo. O lo era...

Día 7 después del día C. El confinamiento es un pelotazo.
O lo era...
Cada día estoy más contento con el confinamiento. Esto del confinamiento es un pelotazo. Es que es como hacer realidad el sueño de toda la vida. ¡Anda que cuando suena el despertador no hemos pensado veces “¿A que no me levanto? ¿A que me quedo y no voy a trabajar?”. Pues de repente, ahí lo tienes: ¡Zas! ¡Deseo concedido! ¡Que ya no hay “entre semana”! Todo es fin de semana: te puedes levantar a la hora que te dé la gana.
Y hay que ver el sinvivir de las series. No se puede pasar sin ellas, pero qué sinvivir: si no eras capaz de esperar al viernes, mirar la hora es que no te dejaba ni disfrutar: “Ya verás tú, por la mañana me arrepiento fijo…”. Y ahora, si se te antoja, hasta te ves una temporada entera cada noche, porque acostarse a las mil ha dejado de ser un problema. Vaya pelotazo.
¿Y la compra? Qué latazo y, por mucho que compraras, a qué velocidad se acababa todo. Por eso, qué alegría ahora esa imagen: abres el frigorífico y siempre llenito, esos cajones del congelador atascados que no hay quién los abra, esa despensa,… Es que parece cosa de otros tiempos: este año, si nos apuramos, todavía nos alcanzan las patatas congeladas para acompañar el pavo de Navidad –bueno, siempre que la Navidad no se aplace también, claro-.
Y es que, encima, si falta algo siempre aparece el exigente de turno que te hace responsable y hasta te sientes culpable. Anda que no da coraje eso de ir al Mercadona por una cosita (¡una cosita!) y vas y te traer un carro de 200€ y, encima, la “cosita” se te olvida y… ¡tienes que volver! Pero cómo han cambiado las cosas: ahora si alguien echa algo en falta (en serio, en mi casa, ya ha pasado: “papá, no hay cerveza”) te dicen que no te preocupes, que no hace tanta falta y que nos apañamos sin eso. Qué pelotazo esto del confinamiento.
Ya no tienes que estar pendiente de qué cara tendrá hoy el jefe, ni someterte a la tortura de las conversaciones del ascensor, no hay que ir a presentar ningún papel, el tiempo que haga da lo mismo porque ya no te fastidia ningún plan y, lo mejor de todo es que, por fin, los únicos que pisan las caquitas, son los que no las recogen. ¡Menudo invento el del confinamiento!
Pero, claro, hay gente que le fastidia todo esté bien. Sí, hay gente que si todo el mundo está contento no sé qué le pasa, que le molesta. Le molesta y se ponen a maquinar para joder la marrana. Y, oye, hay gente que maquina un montón: vamos, que su vida es maquinar y disfrutar fastidiando a los demás.
No sé quién sería, pero alguien estaba muy cabreado esta semana viéndonos tan confinaditos, tan contentos y tuvo la ocurrencia de su vida: se inventó el teletrabajo de los cojones. Qué fatiguita de teletrabajo: que nos lo han colao, que aquello sonaba a Telepizza y nos estamos comiendo lo más grande. Vamos que lo que no ha conseguido el coronavirus ése lo está consiguiendo el teletrabajo: amargarnos la vida.
Por eso, cuando esta mañana encendí el ordenador y Google me dijo que hoy era el Día Internacional de la Felicidad, lo tuve claro. Pensé que se tenían que dejar ya de tonterías, y que lo que alguien tenía que decirle a la ONU, o a quien puñetas decida estas cosas, es que lo que hay que tramitar por vía de urgencia ya es el Día Internacional de los Teletrabajadores.

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