El impresionismo.

Orígenes.
Movimiento fugaz que se desarrollará durante el último tercio del siglo XIX, pero de gran trascendencia en la evolución de la pintura contemporánea.
El avance de la fotografía hace entrar en crisis el concepto tradicional (académico) de pintura como reflejo de la realidad, por lo que la pintura ha de buscar nuevas vías de expresión. La respuesta la encontraron los impresionistas, no sin la ayuda de los avances científicos en el campo de la óptica.

El origen del movimiento lo encontramos en la acción de unos pintores independientes que, excluidos sistemáticamente del Salón Parisino Oficial (vinculado a la estética de las Academias), organizaron una muestra pública en la casa del fotógrafo Nadar, conocido como “el Salón de los Rechazados”, que se repitió durante algunos años, con un éxito desigual.

El nombre del movimiento tenía tintes irónicos, basándose en el cuadro de Monet “Impresión, sol al amanecer”, expuesta en 1874 en la primera exposición independiente del grupo. El crítico Louis Leroy escribió en el diario Le Charivari: "Impresión..no me cabe duda. Me decía a mí mismo que, como estaba impresionado, debía haber alguna impresión allí..y qué libertad, que fácil artesanía. ¡El empapelado en su estado mas ambrionario tiene mas terminación que este paisaje marino!". Pero con sus palabras ignoraba que, antes que dañarlo, estaba dando nombre al movimiento que comenzaba a dar sus primeros pasos.

El impresionismo suponía toda una revolución que infringe los presupuestos de la pintura académica:
· Por la importancia que da a géneros tradicionalmente tildados de secundarios (como el paisaje o el bodegón)
· Por transgredir el orden de los elementos de la pintura (composición, dibujo, color…). Tradicionalmente era el dibujo el elemento central. Ahora es el color.

CARACTERÍSTICAS.
1. Se abordan nuevos temas.
2. Con nuevos procedimientos: plein air
3. Con nueva técnica: pincelada suelta y ejecución ligera
4. Con un nuevo centro de interés: LA LUZ, es la luz la que hace emerger los objetos. Y la luz es algo CAMBIANTE, por lo que la realidad pasa a ser FUGAZ.
5. POR ELLO resulta una reacción contra el realismo. Pretende abarcar un campo distinto a la fotografía.
6. Basado en los avances de la óptica: la teoría de los complementarios de Chevraul les lleva a la “mezcla óptica”, es decir, a considerar la percepción del espectador como algo activo, siendo su retina la que concluye la pintura, es la retina la que realiza las mezclas de color. La retina actúa de dos modos:
o los colores complementarios yuxtapuestos en zonas grandes, se intensifican recíprocamente, y
o en pequeñas cantidades, se funden, reduciéndose a un tono neutro.
7. Nueva relación de los artistas: surge el grupo, el intercambio. La pintura adquiere matices de renovación, aproximándonos al concepto de vanguardia del XX.

Punto de partida de otras tendencias.

El impresionismo en estado puro apenas duró un puñado de años. Rápidamente sus principios ópticos se llevaron al extremo generando el estilo conocido como neoimpresionismo o puntillismo, consistente en la aplicación de pequeñísimas y medidas pinceladas de color. La pintura se hacía más cuadriculada que nunca.

Pero pronto se abrieron nuevas rutas. Son los caminos que se englobarán bajo el término posimpresionismo.

En él encontraremos quienes, con la misma pincelada suelta, no obstante, intentará recuperar las formas y volúmenes, mediante la siimplificación de los mismos. Con ello, se abrirá el camino hacia la abstracción. El protagonista será Cezanne.

Otros, por el contrario, continuarán en la línea de hacer del color el eje de la obra, pero utilizarán, a contrario que el puntillismo, grandes manchas de color, haciendo además un uso arbitrario del mismo e incidiendo en los contrastes entre los mismos. Será Gauguin el que, de este modo, abra paso al fauvismo.

Con una aplicación pura de los colores y con una factura ligera, al más puro estilo impresionista,

habrá quien todo lo ponga al servicio de la expresión, llegando a manipular y deformar las formas. Sin duda, con ese estilo característico Van Gogh dejó vía libre para el desarrollo del expresionismo.