martes, 22 de mayo de 2012
4ºC. Clase correspondiente al martes 22. El periodo de entreguerras. El fascismo italiano.
3. LA ITALIA DE MUSSOLINI. EL FASCISMO.
Italia será un
país muy castigado por la Primera Guerra Mundial: sufrirá abundantes bajas
humanas y un grave deterioro económico. El empobrecimiento resultante será
caldo de cultivo para el descontento y la agitación social, todo agravado por
la frustración del irredentismo[1], movimiento político que
reivindicaba algunos territorios en la zona del Adriático. Así, la revolución
social sobrevolará Italia durante los años que siguieron a la PGM y, como
consecuencia, la inestabilidad política.
En ese contexto aparecerá
la figura de Benito Mussolini que en 1919 creará los ”fasci
de combate”, los llamados camisas negras, un grupo paramilitar con el que
hacía frente de forma violenta a los grupos de obreros.
En 1921, los Fasci se transformarán en Partido
Nacional Fascista, que defenderá un programa basado en la construcción de un
Estado fuerte y con una política expansionista.
Los ecos de la
Revolución Rusa son cercanos y se teme que dichos movimientos puedan derivar en
una revolución social.
En 1922
Mussolini y sus 300.000 camisas negras aplastarán la huelga general convocada
por socialistas y anarquistas, y todo con el beneplácito de los sectores más
conservadores.
Así, Mussolini
no tardará en exigir al rey que le entregue el gobierno del país. Para mostrar
su fuerza organizó una Marcha sobre Roma con sus camisas negras. Poco después,
en octubre de 1922 el rey cederá a la presión de Mussolini nombrándolo jefe del
gobierno italiano.
A
partir de ahí, Mussolini desarrolló un proceso doble:
·
Restricción de libertades. Se prohíben los
partidos políticos, los sindicatos. Se suspende el derecho a huelga y se
sustituye el Parlamento por la Cámara de los Fasci, para dar una apariencia
democrática. El Estado lo controlaba todo.
·
Persecución de los adversarios: socialistas,
comunistas y democratacristianos.
Se desarrolla
una amplia labor de propaganda y de demagogia, basada en el pasado glorioso del
Imperio Romano, ofreciendo una imagen de Mussolini como el salvador de la
patria. Se hizo denominar “Duce”, guía y su gobierno tenía una clara tendencia
expansionista.
[1]
La Italia irredenta fue un movimiento de opinión activo en Italia a finales del
siglo XIX que surgió a raíz de la unificación de Italia. Predicaba la anexión
al nuevo Estado italiano de otros territorios limítrofes o próximos por razones
lingüísticas, culturales o históricas, para que Italia alcanzara -según los
irredentistas- sus "fronteras naturales".
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