Cuando nos enfrentamos a la Historia hemos se impone hacer una primer reflexión: ¿qué es mayor: la Historia o mi libro de Historia? La respuesta es de Perogrullo: sería materialmente imposible “meter” toda la historia en ningún libro, entendiendo que “todo lo pasado –todo- es historia”.
Si esto es así, ¿qué es lo que contiene mi libro de Historia? Tu libro de Historia, como cualquier otro libro histórico, contiene solamente una microscópica parte de la Historia, y que corresponde a la selecciónque ha realizado su autor.
Esta reflexión inicial nos lleva a una primera consideración: aunque la Historia es una, cada libro de Historia es diferente.
Además, si nos asomamos al libro de Historia vamos a comprobar que está dividido en capítulos y éstos a su vez en epígrafes. Curioso, porque la Historia no se encuentra dividida en modo alguno, sino que, antes bien, viene a ser un continuo.
Esta nueva reflexión nos lleva a una segunda consideración: es necesario que cuando leemos un libro de Historia sepamos distinguir qué es Historia (los hechos) y qué es pensamiento del autor (análisis), y que son las dos cosas que hay en los libros de Historia.
No obstante, hay una segunda razón que explica el que en tu libro de texto aparezcan los temas divididos en apartados: se trata de una cuestión didáctica, es decir, los temas se dividen y organizan para facilitar su comprensión y estudio.
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