Algunas normas
elementales sobre comprensión y expresión:
De cómo
analizar las ideas de un texto (comprensión) y cómo organizar mis ideas en un
texto (expresión).
Tu éxito en
los estudios va a depender en gran medida de dos habilidades:
·
La capacidad de COMPRENDER un texto.
·
La capacidad de EXPRESAR tus ideas.
Hasta tal
punto es esto cierto que, difícilmente podrás abordar con éxito una tarea si no
la entiendes correctamente o difícilmente podrás transmitir lo que sabes si no
sabes expresarte correctamente. Y, ojo: un profesor va a evaluarte,
habitualmente, no por lo que sabes sino por
lo que tú le vas a contar que sabes. Las posibilidades reales con que
cuentas a la hora de aprobar una asignatura disminuyen conforme disminuye tu
capacidad de transmitir, de contar, de expresarte.
Pero, ¿a
qué nos referimos cuando hablamos de “capacidad de comprender un texto” y
“capacidad de expresar tus ideas”? Vayamos por partes.
La
capacidad de comprender un texto va mucho más allá de lo que habitualmente
llamamos “leer”. Comprender un texto
implica, no solo conocer el significado de las palabras, sino, sobre todo, cómo
se organizan las ideas que nos transmiten.
1.
Cada
texto tiene tantas ideas principales como párrafos. Es decir, tienes que
realizar la siguiente identificación: 1 párrafo = 1 idea principal.
2.
Dentro de cada párrafo, pues, nos vamos a
encontrar con una idea principal, pero no solo con una idea principal.
Además, en él tienen cabida distintas ideas
secundarias. En efecto, has de saber que todas las ideas no son igual de
importantes: las hay primarias (muy importantes) y secundarias (menos
importantes y dependientes de las primarias). Entonces, cuando leas un párrafo
deberás averiguar cuál es la idea principal que contiene y cuáles las ideas
secundarias que la desarrollan y que ofrecen distintos detalles sobre la idea
principal.
3.
Los párrafos
tienen un orden determinado. El autor del texto ha decidido qué párrafo, es
decir, qué idea va antes y cuál después y ha determinado una secuencia, unas
relaciones entre las ideas (párrafos) que pueden ser, por ejemplo, de causa y
consecuencia.
Del mismo
modo, a la hora de expresarte tú debes, sobre todo, definir:
·
Qué es lo que quieres contar.
·
Cómo vas a organizar la información que quieres
transmitir.
Así a la
hora de expresarte debes seguir los siguientes pasos:
1.
Elabora una lista de todas las ideas que quieres
transmitir.
2.
Agrupa esas ideas siguiendo el criterio de
“tiene que ver con” (cada grupo será un párrafo).
3.
Dentro de cada grupo establece cuál es la idea
más importante (idea principal) y cuáles la desarrollan (ideas secundarias).
4.
Decide en qué orden vas a exponer las ideas.
Siguiendo
esta estrategia te será mucho más fácil expresar lo que quieres de forma
ordenada y obtendrás un doble beneficio:
·
Te sentirás mucho más seguro de ser capaz de
transmitir lo que quieres.
·
Será mucho más fácil que se entienda lo que
quieres decir.
Otras normas básicas:
·
Hacer un resumen de un texto nunca es “copiar
trozos” (eso es un extracto o, en el cine, un “tráiler”).
·
El resumen debe ser completo (debe contener
todas las ideas principales o una representación de todas las fases –comienzo,
desarrollo, final-).
·
No abuses ni del uso de frases extremadamente
largas, ni de una exposición de frases cortas una tras otra:
o Las
frases largas son incomprensibles.
o Con
la sucesión de frases cortas perdemos las relaciones que hay entre las ideas.
Sin los “ya que”, “porque”, “cuando”, “donde”, “pero”, “aunque”, “si bien”,
“tanto como”,… se pierden las conexiones que dan sentido al texto.
·
Varía tu vocabulario. Evita los verbos “vacíos”
(ser, estar).
·
Procura ser coherente con el uso de los tiempos
verbales.
·
Cuida la coherencia que debe existir entre el
sujeto y el predicado.
Un truco: para corregir los
errores en la disposición de los signos de puntuación, como mínimo, debes
releer lo escrito. Pero te será mucho más útil que te lo lea alguien: así
rápidamente se echarán en falta las comas, puntos, dos puntos,…
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