jueves, 18 de junio de 2015
Emotivo acto de clausura de 4º.
Creo que me atrevo a decir que todos hemos disfrutado, y mucho, de esa celebración que hemos vivido esta mañana.
Ha sido un acto lleno de momentos. Han estado, cómo decirlo, los momentos Morning, en los que hemos visto a un Roberto que ha derrochado algo más que profesionalidad: se le ha visto el plumero con todos vosotros. No me equivoco si afirmo que se ha visto que os tiene un gran cariño.
También han estado los momentos discursos, en los que los nerviosísimos representantes vuestros lo han hecho más que bien.
Luego han estado los momentos vítores y aplausos en los que todos habéis puesto la necesaria dosis de humor.
Qué decir del momento escalera, esa pesadilla en la que más de uno se veía tropezando ante la mirada de todos. Bueno era la pesadilla, más bien, de más de unA, ¿verdad?
También los momentos modelitos, pues vaya cómo ha sido el veros hacer el paseíllo. Lo siento chicos, pero ese ha sido un momento en el que el minipunto ha sido, por aclamación aplastante, para el equipo de las chicas.
Finalmente, los momentos diplomas y tutores, momentos que pueden resumirse en algunas palabras: orgullo (mutuo: de profes a alumnos y de alumnos a profes), admiración (de profes a alumnos y de alumnos a profes), alegría (de habernos conocido y disfrutado), afecto (porque por mucho que digan, la relación entre profesores y alumnos va mucho más allá de lo meramente académico, mucho más allá... ¿verdad?).
En fin, un curso que toca a su fin. Momento agridulce.
Por mi parte, qué decir. Una alegría haber disfrutado con vosotros, junto a vosotros, por vosotros. Una alegría que nuestros caminos se hayan cruzado.
Siempre seréis mis amigos pequeños, que es la categoría en la que os incluyo. Ni alumnos, ni amigos. Sois mis amigos pequeños.
Y, como siempre, señores, un placer.
Ha sido un acto lleno de momentos. Han estado, cómo decirlo, los momentos Morning, en los que hemos visto a un Roberto que ha derrochado algo más que profesionalidad: se le ha visto el plumero con todos vosotros. No me equivoco si afirmo que se ha visto que os tiene un gran cariño.
También han estado los momentos discursos, en los que los nerviosísimos representantes vuestros lo han hecho más que bien.
Luego han estado los momentos vítores y aplausos en los que todos habéis puesto la necesaria dosis de humor.
Qué decir del momento escalera, esa pesadilla en la que más de uno se veía tropezando ante la mirada de todos. Bueno era la pesadilla, más bien, de más de unA, ¿verdad?
También los momentos modelitos, pues vaya cómo ha sido el veros hacer el paseíllo. Lo siento chicos, pero ese ha sido un momento en el que el minipunto ha sido, por aclamación aplastante, para el equipo de las chicas.
Finalmente, los momentos diplomas y tutores, momentos que pueden resumirse en algunas palabras: orgullo (mutuo: de profes a alumnos y de alumnos a profes), admiración (de profes a alumnos y de alumnos a profes), alegría (de habernos conocido y disfrutado), afecto (porque por mucho que digan, la relación entre profesores y alumnos va mucho más allá de lo meramente académico, mucho más allá... ¿verdad?).
En fin, un curso que toca a su fin. Momento agridulce.
Por mi parte, qué decir. Una alegría haber disfrutado con vosotros, junto a vosotros, por vosotros. Una alegría que nuestros caminos se hayan cruzado.
Siempre seréis mis amigos pequeños, que es la categoría en la que os incluyo. Ni alumnos, ni amigos. Sois mis amigos pequeños.
Y, como siempre, señores, un placer.
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