viernes, 20 de diciembre de 2019
Tiempo de Navidad...
Llega la Navidad....
¿Parece que fue ayer? No, ciertamente no. Es que fue ayer.
Fue ayer cuando llegamos con todo el calor.
Fue ayer cuando nos sentamos en estas sillas verdes. Bueno, los hay con suerte y tienen las nuevas marroncillas con su herraje en azul.
Fue ayer cuando nos vimos después de un demasiado corto verano.
Fue ayer cuando nos miramos de nuevo, cuando nos sonreímos.
Fue ayer cuando todo empezaba de nuevo, todo era nuevo, todo estaba por venir.
Fue ayer cuando comenzábamos a caminar hacia el hoy en el que hoy estamos.
Fue ayer cuando cualquier hoy era posible.
Y aquí estamos. ¿Contentos por lo recorrido? ¿Contentos por el hoy al que el ayer nos condujo? Yo, al menos, satisfecho por lo hablado, contento por haberos tratado. Insatisfecho por lo no logrado y descontento por no haber conseguido todo lo que era posible y que hoy no llegó a serlo...
Pero ese hoy que no ha llegado a ser, puede ser (¡¡¡debe ser!!!) el ayer de otro hoy, sí, de otro hoy al que mañana hará ayer y que... ¡¡¡¡¡Claro que sí!!!!! Podrá hacer bueno todo el camino recorrido.
Porque hoy todo es posible. Es posible que todos terminemos más que contentos y satisfechos. Para mí no será suficiente estar contento y satisfecho con mi trabajo hasta que todos vosotros (¡¡¡todos!!!!) estéis satisfechos con el vuestro.
Llega la Navidad y llega como una recordatoria: como la recordatoria de que tal vez hemos confundido lo que es importante.
Llega la Navidad y llega como un anuncio: el anuncio de que también de nosotros depende de que sea bueno lo por venir.
Llega la Navidad y llega como una ráfaga de aire fresco que golpea hasta abrir nuestra ventana. La golpea y entra y nos trae nuevos ánimos, nuevos bríos, nuevas ganas...
Llega la Navidad y ojalá cuando pase deje en todos su impronta de alegría por lo que viene, de esperanza de vivir, de ganas de compartir.
No es momento de divisiones. La Navidad es por encima de todo y de todos, tanto para los que llevan a gala ser creyentes como para aquellos que no sucumbieron a serlo, el tiempo que nos recuerda que lo importante es que sí hay esperanza, que sí hay lugar para la alegría, que sí es posible reconocer los errores, que sí es posible acercarse al otro.
Un abrazo para todos. Un sincero abrazo. Ojalá paséis unos días enormes que os devuelvan con una gran sonrisa y unas enormes ganas de vivir y de comeros el mundo.
Señores, un placer. Señores, Feliz Navidad.
¿Parece que fue ayer? No, ciertamente no. Es que fue ayer.
Fue ayer cuando llegamos con todo el calor.
Fue ayer cuando nos sentamos en estas sillas verdes. Bueno, los hay con suerte y tienen las nuevas marroncillas con su herraje en azul.
Fue ayer cuando nos vimos después de un demasiado corto verano.
Fue ayer cuando nos miramos de nuevo, cuando nos sonreímos.
Fue ayer cuando todo empezaba de nuevo, todo era nuevo, todo estaba por venir.
Fue ayer cuando comenzábamos a caminar hacia el hoy en el que hoy estamos.
Fue ayer cuando cualquier hoy era posible.
Y aquí estamos. ¿Contentos por lo recorrido? ¿Contentos por el hoy al que el ayer nos condujo? Yo, al menos, satisfecho por lo hablado, contento por haberos tratado. Insatisfecho por lo no logrado y descontento por no haber conseguido todo lo que era posible y que hoy no llegó a serlo...
Pero ese hoy que no ha llegado a ser, puede ser (¡¡¡debe ser!!!) el ayer de otro hoy, sí, de otro hoy al que mañana hará ayer y que... ¡¡¡¡¡Claro que sí!!!!! Podrá hacer bueno todo el camino recorrido.
Porque hoy todo es posible. Es posible que todos terminemos más que contentos y satisfechos. Para mí no será suficiente estar contento y satisfecho con mi trabajo hasta que todos vosotros (¡¡¡todos!!!!) estéis satisfechos con el vuestro.
Llega la Navidad y llega como una recordatoria: como la recordatoria de que tal vez hemos confundido lo que es importante.
Llega la Navidad y llega como un anuncio: el anuncio de que también de nosotros depende de que sea bueno lo por venir.
Llega la Navidad y llega como una ráfaga de aire fresco que golpea hasta abrir nuestra ventana. La golpea y entra y nos trae nuevos ánimos, nuevos bríos, nuevas ganas...
Llega la Navidad y ojalá cuando pase deje en todos su impronta de alegría por lo que viene, de esperanza de vivir, de ganas de compartir.
No es momento de divisiones. La Navidad es por encima de todo y de todos, tanto para los que llevan a gala ser creyentes como para aquellos que no sucumbieron a serlo, el tiempo que nos recuerda que lo importante es que sí hay esperanza, que sí hay lugar para la alegría, que sí es posible reconocer los errores, que sí es posible acercarse al otro.
Un abrazo para todos. Un sincero abrazo. Ojalá paséis unos días enormes que os devuelvan con una gran sonrisa y unas enormes ganas de vivir y de comeros el mundo.
Señores, un placer. Señores, Feliz Navidad.
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