miércoles, 27 de octubre de 2010
4º ESO. Arte neolítico.
Características del arte neolítico.
Las manifestaciones neolíticas que hemos destacado y analizado en clase son de dos tipos: la pintura esquemática y la arquitectura megalítica.
PINTURA ESQUEMÁTICA.
El cambio de la forma de vida del paleolítico al neolítico se va a traducir en una transformación de la pintura rupestre. La economía productora hace que el hombre deje de depender de la caza y, por ello, desaparece la función mágico-religiosa de la pintura. Ésta deja de ser realista, volviéndose más esquemática. Por ello, se pierde la sensación de volumen y la pintura suele ser monócroma (de un solo color).
Por primera vez aparecen la figura humana y las escenas, normalmente de la vida cotidiana. En efecto, el animal deja de ser el centro de todo el interés, de toda la pintura y ahora hay sitio para el hombre. La pintura, además, deja de ser tan estática y se vuelve muy dinámica (aparece el movimiento).
ARQUITECTURA MEGALÍTICA.
La utilización de piedras de enorme tamaño viene a ser la gran novedad del neolítico. Estas construcciones responden a varios tipos:
Menhir: una piedra vertical.
Alineamientos: sucesión de menhires.
Dolmen: varias piedras verticales soportando losas horizontales.
Dolmen de corredor: dolmen cubierto por tierra y con un corredor de acceso.
Crómlech: menhires y dólmenes dispuestos en círculos.
La arquitectura megalítica se explica gracias a:
Una sociedad productora, en la que sus miembros superan lo inmediato de la supervivencia y tienen excedentes que les permiten esporádicamente dedicarse a otras tareas.
La presencia de un grupo mucho más numeroso.
Una sociedad sedentaria: levantar monumentos con semejante esfuerzo implica una sociedad que no se va a marchar.
La arquitectura megalítica va ligada al culto a los muertos y la observación de los astros, es decir, implican también una gran riqueza espiritual.
Las manifestaciones neolíticas que hemos destacado y analizado en clase son de dos tipos: la pintura esquemática y la arquitectura megalítica.
PINTURA ESQUEMÁTICA.
El cambio de la forma de vida del paleolítico al neolítico se va a traducir en una transformación de la pintura rupestre. La economía productora hace que el hombre deje de depender de la caza y, por ello, desaparece la función mágico-religiosa de la pintura. Ésta deja de ser realista, volviéndose más esquemática. Por ello, se pierde la sensación de volumen y la pintura suele ser monócroma (de un solo color).
Por primera vez aparecen la figura humana y las escenas, normalmente de la vida cotidiana. En efecto, el animal deja de ser el centro de todo el interés, de toda la pintura y ahora hay sitio para el hombre. La pintura, además, deja de ser tan estática y se vuelve muy dinámica (aparece el movimiento).
ARQUITECTURA MEGALÍTICA.
La utilización de piedras de enorme tamaño viene a ser la gran novedad del neolítico. Estas construcciones responden a varios tipos:
Menhir: una piedra vertical.
Alineamientos: sucesión de menhires.
Dolmen: varias piedras verticales soportando losas horizontales.
Dolmen de corredor: dolmen cubierto por tierra y con un corredor de acceso.
Crómlech: menhires y dólmenes dispuestos en círculos.
La arquitectura megalítica se explica gracias a:
Una sociedad productora, en la que sus miembros superan lo inmediato de la supervivencia y tienen excedentes que les permiten esporádicamente dedicarse a otras tareas.
La presencia de un grupo mucho más numeroso.
Una sociedad sedentaria: levantar monumentos con semejante esfuerzo implica una sociedad que no se va a marchar.
La arquitectura megalítica va ligada al culto a los muertos y la observación de los astros, es decir, implican también una gran riqueza espiritual.
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