miércoles, 9 de noviembre de 2011
Hª España. Propuesta de análisis del documento nº 3 (tema 3).
ANÁLISIS DEL DOCUMENTO nº 3: Gráfica Desamortización eclesiástica y civil (en millones de reales de vellón)
Esta gráfica de barras nos ofrece el alcance de las ventas de los bienes desamortizados, distinguiendo entre bienes eclesiásticos y bienes civiles, y contabilizados en cuatro periodos de tiempo: 1836-1844, 1845-1854, 1855-1856 y 1858-1867.
En un primer acercamiento, podemos observar que, según el valor de venta, la desamortización eclesiástica fue mucho más importante que la civil.
Si atendemos a los periodos en que se dividen las ventas podemos realizar varias consideraciones:
· La desamortización eclesiástica comienza con fuerza desde el primer momento, mientras que la civil no cobra significación hasta 1855.
· El segundo periodo supuso una paralización del proceso desamortizador.
Esta evolución del proceso desamortizador se explica fácilmente por el objeto en el que se centraron las dos grandes desamortizaciones del siglo XIX. Mientras la llevada a cabo por Mendizábal en 1836 se ocupaba de los bienes eclesiásticos (de ahí los valores del primer periodo de la tabla), la de Madoz de 1855 se centró sobre todo en los bienes municipales (de ahí el cambio que se produce a partir de ese momento en el que los valores de la desamortización civil superan a los eclesiásticos).
Entre ambos gobiernos progresistas que como puede deducirse de los datos son los que aceleran el proceso, nos encontramos con los gobiernos de la denominada primera década moderada del reinado de Isabel II, con Narváez como protagonista que frenará el proceso desamortizador y en el que se buscará de nuevo el acercamiento a la Iglesia con la firma del Concordato de 1851, lo que explica las escasa ventas de ese periodo.
El proceso desamortizador supuso, por una parte, despojar a la Iglesia de su enorme poderío económico y, por otra, limitar el poder de los municipios. En general, significó el punto final de la propiedad colectiva y el triunfo de la propiedad individual, de la que participó de un modo especial la burguesía, que se convertiría a partir de ese momento en una nueva clase terrateniente.
La desamortización fue un auténtico fracaso desde distintos puntos de vista. En primer lugar, la desamortización fue una ocasión perdida para transformar la estructura de la propiedad de la tierra en España, en tanto que, por la forma en la que se llevó a cabo, los campesinos no tuvieron acceso a las tierras. En segundo lugar, supuso un freno para el proceso de crecimiento de la economía española, ya que sirvió para desviar los capitales acumulados por la naciente burguesía a la compra de parcelas, dinero que no se empleó en inversiones en otros sectores productivos. En tercer y último lugar, por la forma en que se llevó a cabo significó unos ingresos mínimos para el Estado, teniendo en cuenta la cantidad de tierras puestas en venta.
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