¿Has estado en la Capilla Sixtina? Pincha en la imagen y date una vueltecita sin aglomeraciones...

Nueva página de Selectividad para Historia del Arte.

Se ha renovado la página de Selectividad de Historia del Arte de nuestra web. Actualizada a día de hoy con todas las orientaciones necesarias para la Selectividad de este año 2021.

Roma'2020. Parece mentira.... ¿Repetimos?

Roma'2020. Parece mentira.... ¿Repetimos?

Calificaciones aquí en el blog.

El poner las notas aquí en el blog viene para dar respuesta a dos necesidades: la primera que el alumno tenga su nota cuanto antes (no solo es de agradecer, sino que, además, hace que la nota sea verdaderamente útil); y la segunda para que los padres, sin duda, también sepan, lo antes posible y a tiempo, cómo marchan sus hijos.

Es por esto que se ruega que no se hagan circular por otros lugares y otros modos para evitar que se saquen de contexto.

No obstante, si alguna familia tiene problemas con conocer las notas de su hijo por anticipado aquí en el blog, no tiene más que hacérmelo saber.

martes, 29 de septiembre de 2015

Más sobre el Paleolítico: fragmento de "El clan del Oso Cavernario"

CAPITULO 2

El grupo de viajeros atravesó el  río un poco más allá de la cascada, donde el río se ensanchaba y hacía espuma alrededor de las rocas, que salían del agua poco profunda eran veinte, jóvenes y viejos. El Clan había contado veintiséis miembros antes del terremoto que destruyó su cueva. Dos hombres abrían el paso, muy adelante de un núcleo de mujeres y niños flanqueados por un par de hombres mayores. Los varones jóvenes formaban la retaguardia.

Seguían el ancho río, que iniciaba su rumbo sinuoso, lleno de meandros, a través de la estepa, y observaron a las aves de rapiña volando en círculos. Si aún volaban significaba que lo que había llamado su atención seguía con vida. Los hombres que iban adelante apretaron el paso para investigar. Un animal herido era presa fácil para los cazadores, siempre que algún cuadrúpedo depredador no abrigara las mismas intenciones.

Una mujer, más o menos a mediados de su primer embarazo, avanzaba delante de las demás mujeres. Vio a los dos hombres guía mirar el suelo y seguir su camino. “Debe ser un carnívoro”, pensó; el Clan no solía comer animales carnívoros.

Medía poco más de un metro treinta de estatura; era de huesos fuertes, robusta y patizamba, pero caminaba erecta sobre fuertes piernas musculosas y pies planos descalzos. Sus brazos, largos en proporción con el resto del cuerpo, estaban encorvados como sus piernas. Tenía una ancha nariz en forma de pico, una mandíbula saliente que se proyectaba como un hocico, y carecía de barbilla. Su frente baja era estrecha e inclinada, y su cabeza, larga y grande, descansaba sobre un cuello corto y grueso. En la nuca tenía un nudo huesudo, un promontorio occipital que acentuaba su perfil posterior.

Un vello suave, corto y moreno, con tendencia a rizarse, cubría sus piernas y hombros y corría a lo largo de la parte superior de su espalda. Al llegar a la cabeza, se convertía en una cabellera pesada, larga y bastante tupida. La mujer estaba perdiendo ya su palidez invernal a cambio de un tostado veraniego. Sus ojos grandes, redondos y oscuros, profundamente sumidos bajo unas cejas prominentes, estaban llenos de curiosidad cuando aceleré el paso para ver lo que los hombres habían dejado atrás.

La mujer en mayor para ser su primer embarazo; tenía casi veinte años, y el Clan la había creído estéril, hasta que comenzó a verse la vida que se iniciaba dentro de ella. La carga que llevaba a cuestas no se había aligerado porque estuviera embarazada. Llevaba un gran canasto sujeto a sus espaldas como un cuévano, con bultos atados atrás, colgando y amontonados encima; varias bolsas cerradas con cuerdas colgaban de una correa atada alrededor de la piel flexible que llevaba como un manto alrededor de las caderas, de modo que formaba dobleces y bolsas para guardar objetos. Una bolsa se distinguía especialmente: estaba hecha con piel de nutría,  lo que resultaba obvio porque se había curtido dejando intactas las patas, la cola y la cabeza.

En vez de abrir el vientre del animal, sólo se había cortado el cuello para poder sacar por ese orificio las vísceras, la carne y los huesos, dejando una bolsa entera. La cabeza, atada por una tira de piel a la espalda, era la tapadera; una cuerda de tendón teñido de rojo pasaba por los agujeros que rodeaban la abertura del cuello, y estaba apresada y atada a la correa que la mujer llevaba alrededor de la cintura.

Jean M. Auel: El Clan del Oso Cavernario.

No hay comentarios: