Impresionismo. Nociones básicas sobre su contexto histórico.

Un hecho será crucial para la evolución de la pintura: la invención de la fotografía. Hasta el momento, la pintura, en mayor o menor grado, había dedicado sus mayores esfuerzos en representar la realidad, incluso en representarla con la mayor fidelidad posible.

La irrupción de la fotografía hace entrar en crisis esa visión de la pintura, ya que, en cualquier caso, la pintura nunca podría superar a la fotografía en la representación de la realidad.

La pintura se encontraba en un callejón sin salida. El impresionismo viene a ser un giro clave en la historia de la pintura. A partir de este momento el artista se plantea otros retos, otros fines que hacen que la pintura no solo se distancie de la fotografía, sino de su tradicional función como imitación de la realidad. La pintura con el impresionismo parte de las nociones de la óptica y se dedica, más que a representar objetos, a representar momentos de luz. Abandona su interés por representar la realidad, y se centra en su interpretación, partiendo de los principios de la óptica (división del tono, aplicación de colores puros y mezcla por parte de la retina).

Además la pintura se transformará en un elemento transgresor, reivindicativo, provocador. Y para todo ello surgirá una realidad hasta el momento desconocida: el grupo. Si la historia de la pintura hasta el XIX había sido la historia de pintores que agrupábamos por sus afinidades, a partir de este momento se transforma en la historia de tendencias que llevan a cabo grupos de pintores que no solo se conocen, sino que entablan abundantes relaciones entre ellos y se influyen mutuamente.