Las civilizaciones de la Edad Antigua: los egipcios.

DATOS BÁSICOS:

Lugar: Norte de África.
Cronología: 3.100-31 a.C.
Principales aportaciones: legado artístico y una gigantesca estructura estatal.

Egipto viene a ser el primero de los grandes imperios de la antigüedad. De dimensiones extraordinarias tanto en lo que se refiere a su geografía (en su máxima extensión ocupó una buena parte de Asia), como a su desarrollo en el tiempo (estamos hablando de más de 3.000 años de duración).

Lo primero que nos maravilla de esta civilización es su esplendor a pesar de su ubicación. Se sitúa en una zona desértica del norte de África. Pero más concretamente, en el valle medio y bajo del río Nilo. Y es que sin el Nilo es imposible entender Egipto. Es el río Nilo la arteria que le da toda su vitalidad.

Es cierto que Egipto se sitúa en una zona desértica de África, pero el Nilo nace mucho más allá del desierto (no en vano es el río más largo del mundo). En sus fuentes toma las aguas de las torrenciales lluvias de la época húmeda tropical, lo que provoca una espectacular crecida de su caudal.

La crecida anual del Nilo provoca el desbordamiento de sus aguas que inundan kilómetros y kilómetros cuadrados no solo de agua, sino también de un fertílisimo material que arrastra consigo: el limo. Y es el limo el que hace sumamente fértiles las tierras que cubre y el que, por tanto, hace posible que en el valle del Nilo nos encontremos con una próspera agricultura y ésta, a su vez, es la base de un floreciente comercio.

Pero el imperio egipcio no habría sido posible sin una férrea administración que organizase el territorio. El estado egipcio será un estado teocrático, estado en el que poder político y poder religioso estarán íntimamente unidos en la persona del faraón.

La sociedad egipcia estará, igualmente, fuertemente estratificada, y responde a un modelo piramidal: en la cúspide estaría el faraón y tras él los altos funcionarios y los sacerdotes; posteriormente nos encontraríamos al resto del funcionariado y a los comerciantes y artesanos; tras ellos, los campesinos y, por último en la base de la pirámide, estarían los esclavos.

Aún nos quedan pruebas sólidas de la magnitud de este imperio, como son las célebres construcciones de las pirámides del valle de Gizeh, increíbles por su monumentalidad aún hoy día, y más aún si tenemos en cuenta los medios con los que fueron levantadas.