Pintura
rupestre levantina conocida como la “cacería de ciervos” de la Cueva de los
Caballos en el conjunto rupestre de Valltorta (Castellón), hacia el 6.000 a.C.
Esta imagen se
encuadra dentro de lo que conocemos como pintura levantina, ya dentro del neolítico. Se observa dos grupos de figuras enfrentadas:
cuatro figuras de arqueros (izquierda) que están cazando una manada de ciervos
(derecha).
En ella nos
encontramos con las características típicas de este tipo de representaciones:,
entre las que destaca sobre todas el estilo esquemático, detalle que se observa
sobre todo en las figuras de los hombres, carentes de realismo y de los que
solo se nos ofrece unos cuantos detalles de interés, entre los que destacan los
arcos y flechas. El esquematismo se deriva también de la utilización de los
colores: la pintura es monocromática (están realizadas exclusivamente con color
rojo) y se hace un uso plano del color (ausencia de tonalidades).
A diferencia
de la pintura del paleolítico, ahora aparece el movimiento y la figura humana y
todo conformando escenas que le dan a la pintura de este momento un valor
narrativo (relatan momentos de la vida cotidiana).
El cambio de
estilo, el esquematismo, nos habla de un cambio sustancial en la función de la
pintura y en la vida de los hombres: la pintura, como he dicho, pierde su
anterior carácter mágico-religioso para tener una función narrativa, y, por
otra parte, la carencia de realismo nos indica que la vida del hombre ya no
depende exclusivamente de la caza.
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